Una confusión de horarios obliga a un artista a tener que compaginar su función de malabarista con el cuidado de su bebé. Esta es la ocurrente historia de Kompass, un montaje de la compañía navarra Saltoka de la mano del artista circense Asier Garnatxo.
Se trata de un espectáculo cómico, hilarante, perseverante y desordenadamente poético, en el que el malabarista interactúa con el público. Así, los números de malabares y equilibrios se intercalan con los menesteres propios del bebé, como el cambio de pañales o la toma del biberón.