Roig de Diego presenta esta intervención en El Mirador concebida como un vitral de iglesia, con una estructura lógica vertical de abajo arriba que va del mal al bien: infierno-purgatorio-cielo.
Está realizado en su lenguaje habitual, mezclando religiones con la pulp culture o sus referencias de mitos populares.
El proyecto El Mirador es una iniciativa del artista visual Lluís Fuster, un espacio para el arte urbano que cede a otros artistas y que sólo se puede ver desde la calle.