Antoni Benaiges era maestro en una escuela rural republicana que a principios de los años 30, en el pueblo burgalés de Bañuelos de Bureba, puso en marcha un experimento inédido en aquella época: la introducción de la imprenta en la escuela.
El maestro acabó fusilado y enterrado en una fosa común en los primeros días de la Guerra Civil. Setenta y cinco años después del asesinato, su memoria es recuperada en esta exposición.
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