Pablo Picasso (Málaga, 1881 –Mougins, Francia, 1973) y Joan Miró (Barcelona, 1893 – Palma, 1983) se conocieron en 1920 cuando el joven Miró visitó el estudio que tenía Picasso en la rue La Boétie de París. A pesar de su diferencia de edad y de tener personalidades contrapuestas, iniciaron una amistad asidua y profesional que duraría hasta la muerte del malagueño.
Esta exposición, comisariada por Joan Punyet Miró, ocupa toda la última planta del museo Can Prunera y muestra una recopilación de cartas personales de los dos genios, correspondencia mantenida a lo largo de muchas décadas y un conjunto de cerámicas y grabados.