Esta fiesta se celebra sesenta días después del Domingo de Resurrección y combina la tradición religiosa con actos festivos y culturales. En Palma, durante este mes, permanecen abiertos los emblemáticos patios de antiguas casas del casco histórico de la ciudad para que puedan ser visitados.
El núcleo principal de la festividad es la celebración de una misa en la Catedral y la procesión del Corpus, cuyo elemento más emblemático es la lledània, una cruz metálica adornada con flores de cera multicolores que recorre las calles de Palma. Les acompañan los cossiers (seis hombres, una dama y el demonio) y los cavallets, que danzan al son de los tambores. Este baile de los cavallets es de origen medieval y en Palma está representado por un grupo de hombres que simulan cabalgar en caballos de cartón y de colores diferentes, a los que se suma una mujer sobre uno blanco y que se conoce como la dama. El Corpus se celebra en la mayoría de pueblos de Mallorca.
