Se celebra desde 2004 y está organizada por el Ayuntamiento de Pollença y la Asociación Vino Primitivo. Participan bodegas de Mallorca, Menorca e Ibiza y alrededor de 40 viticultores. Los stands se montan en el claustro del convento de Santo Domingo, que se convierte en el mejor escaparate de los productos vitícolas de Baleares y en la más amplia y variada cata de vinos.