Se trata de uno de los ballets más antiguos del repertorio clásico mundial y creado en 1789 en Burdeos en plena Revolución Francesa por el coreógrafo Jean Dauberval. La versión más conocida en los últimos años es la de Frederick Ashton para el Royal Ballet de Londres. Su argumento gira en torno a los encuentros de un muchacho y una chica a cuya felicidad se oponen los intereses y autoridad materna. El triunfo final de la pareja marca con un toque revolucionario los usos y costumbres de la época. Se ofrece en diferido desde la Royal Opera House de Londres.