Para el escultor Pep Canyelles (Palma, 1949) esta es su tercera exposición en este año, aunque la única celebrada en Mallorca y de forma individual. Junto a cuatro artistas amigos y de su generación (Gerard Matas, Àngel San Martín, Vicenç Torres y el fotógrafo Joan Ramon Bonet) creó el proyecto Sediments, que ya se ha expuesto en el Centro Conde Duque de Madrid y en el Museo de Menorca (Maó) y el 25 de octubre se inaugura en Ciutadella en Es Roser para viajar después a Alicante.
Su segunda colectiva ha sido Ments sospitoses i territori vigilat, que ha compartido con su gran amiga Esther Olondriz este verano en la sala de exposiciones de Sant Francesc Xavier de Formentera.
Ahora presenta Territorio ocupado, donde muestra una parte del trabajo desarrollado en los tres últimos años. Un corto periodo de tiempo que para Pep Canyelles ha supuesto romper lazos con el pasado y emprender nuevos caminos de creación, utilizando lenguajes hasta ahora no explorados como el video y la fotografía. El nexo de unión entre todos ellos es el paso del tiempo como referencia, como punto de inflexión. Para Canyelles, “Territorio ocupado es mirar, acercarme con ternura y lucidez a aquel niño que fuimos y que nunca más seremos”.