La exposición de este artista mallorquín invita a reflexionar sobre una nueva consciencia sensible a la naturaleza. Evoca el paisaje y en él la humanidad. Muestra esculturas de pequeño formato realizadas en materiales orgánicos y reciclados, y dibujos al grafito. Acompaña sus obras de títulos tan sugerentes como Cabeza cultivada, Ánimas o Vida y muerte.
Miquel Alemany (1980) colaboró, de 2004 a 2009, en el taller del escultor Jaume Plensa. Actualmente, reside en la isla después de haber vivido en Madrid, Barcelona, Manchester y Boston.