Jornada de puertas abiertas en la Catedral de Mallorca y su Museo con motivo del Día de las Islas Baleares. La Catedral de Mallorca es una de las mejores muestras del gótico mediterráneo, declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931.
Su construcción se inició alrededor de 1229 por orden de Jaime I, que quiso levantar un templo cristiano sobre el lugar que ocupaba la antigua mezquita mayor de Medina Mayurka. Los trabajos duraron varios siglos y hasta el año 1601 no se dieron por terminados. Sus partes neogóticas datan de la renovación que se produjo en el siglo XIX, tras el terremoto que en 1851 destruyó varias zonas del edificio.
De su interior destaca su gran nave central, la Sala Capitular, el coro en la capilla Real, el ábside y las capillas laterales. La más antigua es la Capilla de la Trinitat, que guarda los sepulcros de dos reyes de la dinastía de Mallorca: Jaume I y Jaume III. También los elementos modernistas que Antonio Gaudí introdujo en el templo, así como la intervención del artista mallorquín Miquel Barceló en la Capilla del Santísimo.
Al Museo se accede a través de la casa de la Almoina, llamada así porque era el lugar donde el cabildo repartía pan y limosna (almoina) a los pobres y enfermos. La fachada data de 1529 y los interiores están decorados con pinturas murales mudéjares. Dispone de tres salas: la antigua Sacristía, de principios del siglo XIV; la antigua Sala capitular gótica, atribuida a Guillem Sagrera; y la Sala capitular barroca, proyectada en 1696 que guarda, entre otras obras, un relicario del siglo XV de la Vera Cruz.
En este punto, merece la pena visitar la Catedral de Mallorca, claro ejemplo del gótico tardío, y admirar las numerosas actuaciones del arquitecto Modernista, Antoni Gaudí, con su imponente baldaquino sobre el altar. También la obra realizada en la capilla del Santísimo por el artista mallorquín Miquel Barceló en 2007. Se trata de un retablo cerámico que se acompaña de mobiliario litúrgico realizado en piedra de Binissalem y compuesto de altar, silla presidencial y dos bancadas. El conjunto recrea la iconografía evangélica de la multiplicación de los panes y los peces y las bodas de Caná.