Es la primera novela de la escritora mallorquina Carmen Alcázar, inspirada en clásicos como Frankenstein de Mary Shelley, la obra de Allan Poe o Lovecraft.
El libro está ambientado en la Mallorca feudal y cuenta con los mejores ingredientes de la novela gótica. Su protagonista es el Conde de Formiguera, conocido popularmente como el legendario Comte Mal.