Es la tercera exposición en Palma de Bel Fullana (1985) y reúne sus últimos cuadros y fotografías. La joven artista mallorquina no quiere dejar atrás la infancia, busca experimentarlo todo como una niña y este proyecto es una buena prueba de ello.
El espacio dedicado en la galería L21 se convierte en un espacio doméstico, con las paredes pintadas de color rosa dulce y una sala de estar con muebles de colores simulando el arco iris, uno de los símbolos que se repite en su obra.
Una vez a la semana habitará este espacio y recibirá clases de distintas materias: la elaboración de empanadas con su madre, clases de ballet o de flauta. Bel Fullana busca constantemente la capacidad de sorprenderse a sí misma logrando sorprender a los demás.