Es una de las pocas veces que se puede ver en toda su esencia esta maravilla del gótico civil en Mallorca, un edificio proyectado por el escultor Guillem Sagrera y construido en el siglo XV para albergar la sede del Colegio de Mercaderes de Palma.
Sa Llotja se abre al público sólo cuando se muestran exposiciones, pero ahora lo hace con su espacio vacío y tras un proceso de restauración que ha durado dos años.
Permanecerá abierta hasta el 19 de mayo, para dar comienzo al montaje de una nueva exposición que podrá verse este verano, con obra del escultor británico Tony Cragg.