Broto (Zaragoza, 1949) es uno de los artistas que más ha reivindicado la abstracción frente a la figuración y al arte conceptual. Prescinde del mayor número de elementos creando unas composiciones extraordinariamente sintéticas en las que superpone una serie de signos abstractos muy gestuales de gran capacidad metafórica y sugestiva que flotan sobre la superficie de cada lienzo.
Sus cuadros figuran en museos y grandes colecciones y ha recibido numerosos premios y distinciones entre los que destaca el Grand Prix du Salon de Montrouge (1988), Premio Nacional de Bellas Artes 1995, Premio ARCO de la Asociación de Críticos 1997 o Premio Aragón Goya de Grabado 2003, entre otros.