La obra videográfica propuesta por Joan Bennassar Cerdà (Palma, 1991) examina la relación entre naturaleza y cultura, investigando las implicaciones ecológicas, económicas y políticas de nuestro compromiso con el mundo material.
Los escenarios de The sun is gone but we still have the view son: una cúpula en Alemania; una antigua fábrica de zepelines de la URSS, donde se ha recreado una isla tropical del Pacífico; las cuevas del Drac en Mallorca iluminadas con luces de neón; y una gran estación de esquí en el desierto de Dubai.
Joan Bennassar Cerdà es uno de los artistas emergentes españoles que, desde lo conceptual, integra diferentes discursos donde los modos de habitar y entender el espacio son fundamentales.