La obra de Lucía Vallejo (Bilbao, 1975) es una manifestación del doble movimiento de transferencia entre Oriente y Occidente, aunque su punto de partida artístico es el estudio del barroco europeo, impregnado de símbolos religiosos cristianos, representaciones de la realeza, reproducciones de una naturaleza idealizada y, en general, de conceptos culturales propios de nuestra civilización.
En Ensoñaciones, la artista habla de la carga de la ausencia y la pérdida, el vacio físico y psicológico y de la vestimenta como coraza protectora de la soledad.