Nacida en Japón, Leiko Ikemura residió en España y Suiza hasta que se instaló definitivamente en Alemania. Posee una extensa obra que abarca la pintura, la escultura y el dibujo. Encontró su peculiar estilo en la década de los noventa y desde entonces no lo ha abandonado.
Representa figuras envueltas en sus pensamientos, seres fantasmagóricos y paisajes sobrenaturales. Rostros y rocas que se funden en imágenes híbridas de la naturaleza.
Su obra se ha explicado a menudo como el resultado del encuentro entre culturas, la pérdida de la identidad cultural y una reflexión sobre la eliminación de fronteras.