Pep Girbent (Sóller, 1966) configura esta exposición a partir de la interrelación entre pintura y textos, con los que explora un espacio de juego que permita expandir la obra más allá de los límites del lienzo, de forma sutil y eludiendo maniobras toscas.
En el pasado Girbent propuso dos pinturas (aparentemente) idénticas a las que correspondía un mismo sentido. Ahora presenta dos cuadros distintos para cada pintura.
Los relatos elaborados por el artista están saturados de referencias cinéfilas, literarias y filosóficas, y aspiran a su propia coherencia. Independientes del referente visual y el hecho pictórico, los comentarios colaboran en la ocultación de los mecanismos de la creación del artista.