El proyecto de Ignacio Uriarte (Krefeld, Alemani, 1972) gira alrededor de la obra sonora Acht Stunden zählen, en la que oímos una voz masculina contando números a ritmo de una sílaba por segundo durante 8 horas, convirtiendo así la lengua hablada en tiempo estructurado.
Con esta instalación se propone una reflexión sobre el tiempo como categoría abstracta y su representación a través del lenguaje. El mural 9999 está compuesto por números y se extiende sobre dos paredes y hace el efecto de espejo. Los números muestran diferentes densidades que al repetirse periódicamente crean patrones de diferentes tonos de gris sobre la pared.
En ambas piezas los números adquieren un carácter escultórico, invadiendo el espacio en forma de ondas sonoras o representando su valor matérico en forma de mural.