Este es el título de la exposición del artista australiano de origen irlandés Lawrence Carroll (Melbourne, 1954) que se presenta en el Casal Solleric. Organizada y producida en colaboración con la Hugh Lane Gallery de Dublín, se trata de la retrospectiva más amplia presentada hasta ahora e incluye obras datadas entre los años 1984 y 2012, entre las cuales destacan piezas inéditas de la colección personal del artista, así como pinturas y esculturas de colecciones privadas, algunas de ellas mallorquinas.
Definido como un narrador de historias a través de los objetos que a menudo se incorporan a sus pinturas y esculturas, la obra de Carroll propone un juego contemplativo de profundas raíces humanistas y encuentra sus principales referentes en la tradición europea del arte povera y el minimalismo norteamericano.
Como si quisiesen reproducir el proceso natural de envejecimiento de la materia, sus pinturas han sido sometidas a un largo proceso de transformación. Cortadas, cosidas, dobladas, congeladas e incluso ocupadas por los más variados objetos (bombillas, zapatos, guantes, flores de plástico, telas, etc.), evidencian el respecto del artista por las cosas vividas, sentidas y que forman parte del paisaje humano.
Muy vinculada a Italia, donde el artista reside a temporadas, la obra de Carroll forma parte de la prestigiosa colección Paza y ha sido presentada en instituciones de renombre. Recientemente el artista ha sido seleccionado para realizar una intervención específica del pabellón de los Museos Vaticanos dentro de la próxima Bienal de Venecia de 2013.
